Cambios, cambios.

Ha concluido la segunda semana de natación, me da gusto escribir que ya puedo moverme sin flotador o tabla a lo largo de la alberca, mi especialidad: Flecha con patada de crol ja,ja. Se supone que el nado de perrito es el más sencillo, pero para mi, sumergir la cara es lo que causa mayor seguridad. Claro aún no me independizo de la tabla, ni del flotador del todo pues los requiero para ejecutar determinados ejercicios, pero me da gusto saber que ya puedo moverme en el agua.

Ahora que me he acostumbrado a mi nueva instructora, es posible que tengamos un nuevo cambio. En fin, adaptarse a el cambio es lo mejor para no perder de vista el objetivo. Mi objetivo: aprender a nadar.

Lo padre de natación es que es la única hora donde no pienso en nada, sólo me concentro en mis movimientos y respiración, me gusta disfrutar de mi cuerpo, lograr avances y al salir de la alberca sentirme más viva, llena de energía y con ganas de regresar. Cada vez disminuye más el miedo e incrementa el entusiasmo.

La constancia es importante, de pronto sin darte cuenta ya puedes moverte en el agua. Claro tengo mis retos, aún me falta perder el miedo a soltar mi cuerpo cuando estoy boca arriba, pero todo es poco a poco.

Mañana comienza una nueva semana, me gustan las sorpresas, ¿Qué nos deparará el día de mañana? Ya lo estaremos platicando.

¡SALUDOS!